Promotor: Consellería de cultura, educación e ordenación universitaria
Propietario: Obispado de Ourense
Arquitectos: Manuel Seoane, Sonia López Calvo
Restauradoras: Rosa Benavides García, Marta Becerro Manso
Aparejador: Francisco Javier López
Restauradoras Colaboradoras: Diana Blanco, Mar Sobrino del Río
Contratas y Subcontratas: Orega SL, Murua SC
La fachada norte del crucero de la Catedral de San Martiño de Ourense, resume buena parte de la historia de la ciudad y mejor que cualquier otro lugar actúa como un disco duro en el que se grabara la transición de la Edad Media a la modernidad en Galicia.
El enorme hito que fue para el mundo el Pórtico de la Gloria de la catedral compostelana, llegó a Ourense más directamente que la cualquier otro lugar, de la mano de lospropios protagonistas, que continuaron aquí su labor artística, concretando los magníficos conjuntos de las fachadas de los cruceros, y esculpiendo la hermosa colección de los aleiros de la cabecera del templo.
Pero las luchas irmandiñas que fueron derivando en los enfrentamientos entre el ayuntamiento y el obispo, y al fin entre la nobleza gallega, tuvieron este lugar, como principal punto de confrontación, destruyendo buena parte de la fachada, que tendría que ser levantada en los años finales del siglo XV, costeada por el Conde de Benavente, aprovechando el material existente, y dándole un nuevo aspecto, ya con los criterios de la luminosidad gótica.
Los intentos de preservar el hermoso conjunto con los criterios de mediados del siglo XX, cubriendo con cera unas figuras ya muy deterioradas, no cumplieron los objetivos, alterando mucho el aspecto del conjunto escultórico y mismo generando un mayor deterioro de algunas zonas.
Desde el punto de vista arquitectónico, este tipo de intervenciones, son siempre apasionantes, pero exigen también una renuncia la cualquier tipo de protagonismo que pudiera mermar la fuerza de una obra artística de referencia. La labor se centra en coordinar un equipo multidisciplinar en el que canteros y restauradores son protagonistas.
La calidad del resultado irá en dos direcciones, por una parte la capacidad de integrarse con la máxima discreción y sin estridencias en el conjunto de la catedral, y por otra, la eficacia de las actuaciones y tratamientos para preservar a lo largo del tiempo una obra irrepetible.
Procesos de obra
Las intervenciones se centraron en 3 zonas singulares: la portada con su conjunto escultórico, el tímpano y el rosetón. Se actuó también sobre el resto de la fachada procurando darle uniformidad e integrarla con los @paramento vecinos.
En la portada propiamente @dito y en su magnífica escultura, los tratamientos fueron encaminados a la eliminación de las ceras preexistentes con diferentes métodos, vapor de agua, microproxeccións de precisión y limpiezas manuales, previa preconsolidación de las zonas más alteradas. Se acometieron asi mismo procesos de desalinización y consolidación de las zonas degradadas, con importantes desplazamientos y arenizacións, mediante consolidantes de silicato de etilo.
En el tímpano las patologías principales las habían ocasionado las colonizaciones biológicas generadas tanto por la vegetación como por las palomas que allí se acogían, y por los intentos previos de evitarlas disponiendo sobre las esculturas pinchos de acero tomados con silicona de poliuretano, que ya había afectado negativamente a la piedra. En esta zona a eliminación de los mismos y los tratamientos de limpieza, se completaron también con la extracción de sales mediante papetas de celulosa.
En el rosetón, de imponentes dimensiones, las intervenciones se centraron en recuperar dentro de lo posible, una geometría muy alterada por los desplazamientos de la bóveda que ocasionaron la descolocación y rotura de las piezas que componen el singular calado de este elemento incorporado al imafronte en la reconstrucción del siglo XV. Fue preciso acometer lo apeo en altura del rosetón, la desmontaje y reubicación de parte de sus elementos, la eliminación de anteriores reintegraciones de morteros de cemento, la ejecución de cosidos de las piezas fracturadas y agrietadas mediante varas de fibra de vidrio y acero, y resinas compatibles con la piedra. Se reubicaron las distintas piezas y se hicieron los injertos y reconstrucciones volumétricas precisas, recuperando una geometría que se ultimó con la reubicación de nuevos vidrios. Procesos de preconsolidación, desalización, limpiezas y consolidaciones completaron estas actuaciones.
Con la intención de que estas intervenciones perduren en el tiempo se llevaron a cabo otras actuaciones en la fachada, siempre en la búsqueda del menor impacto visual posible y su integración en el conjunto:
Se dispusieron protecciones mediante láminas de cobre engatillado en la coronación superior de los muros, tejados y en las distintas superficies horizontales y resaltes, que hasta ahora posibilitaban importantes retenciones de agua que derivaban en una elevada humedad de los @paramento pétreos y migraciones salinas, con el consecuente deterioro de la piedra, favoreciendo asi mismo las colonizaciones biológicas (musgos, líquenes, plantas…) y sus daños asociados.
Se colocaron distintos elementos de protección para evitar tanto los actos vandálicos como los efectos negativos de la intensa acción de las aves. En el rosetón, atendiendo su configuración y mayor situación en altura, se dispuso una celosía metálica formada por bastidor perimetral de pletina de acero inoxidable y malla fina también de acero, instalada sobre las estructuras pétreas concéntricas que rodean el óculo central del rosetón. En el tímpano, el fin de minimizar el máximo el impacto visual, se colocaron protecciones de nylon, casi imperceptibles. En otras zonas en las que se preveía una posible ubicación de las palomas, se instalaron pinchos de acero, que se integraron en el diseño de las propias cubriciones de cobre, para evitar acciones directas sobre la piedra.
La limpieza y encintado del conjunto, se completaron también con otras intervenciones como la recuperación de la carpintería de madera de la puerta de acceso y sus herrajes.
